Por Tracey Chandler para ContactChile
Traducido por Ana María Valenzuela

Hace unas semanas me decidí a hacer un viaje a Papudo, una pequeña localidad costera ubicada en la quinta región, a dos horas al norte de Santiago (170 kilómetros). Estaba buscando alternativas a las típicas playas del litoral central y Papudo, con una población de alrededor de 6.000 habitantes, exquisitas preparaciones con productos del mar y una playa con suave arena amarilla, sonó como una propuesta más que interesante.

Día 1

El viaje fue corto y relajado. En vez de pasar por un túnel en la carretera, preferí tomar la ruta larga por la cuesta El Melón. Evitando el túnel ahorré unos $4.000 en peaje, y además pude ver los hermosos paisajes de la cuesta.

Llegué inmediatamente a chequearme en el Hotel Carande, para salir pronto a recorrer la ciudad. El primer sitio al que llegué fue la Iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes, construida en 1918 y diseñada por el arquitecto Alberto Cruz Montt. Vale mucho la pena la visita, sobre todo si te interesa la arquitectura colonial neo barroca. En la entrada se puede apreciar unos hermosos tallados en madera estilo barroco. 

Luego de mi visita a la Iglesia, tomé rumbo a la fuente de agua y la caleta de pescadores. El lugar estaba casi vacío, sólo un grupo de pescadores por un lado y al otro una familia con dos niños y un perro. El aire refrescaba y un brillante cielo azul contrastaba con un puñado de flores amarillas que yacían frente a mí.

En una carta al Rey de España en 1545, Pedro de Valdivia describía Papudo como “El paraíso de Dios”. No estaba equivocado. Me instalé cómodamente en la playa en el que resultó ser un tranquilo paseo de 2 horas. Pese a que a mis pies había kilómetros de naturaleza y un hermoso paisaje, fue triste observar cómo un conjunto de altos edificios se construía a mis espaldas, tapando la vista del bosque que se encuentra entre Playa Grande y Playa El Lilén. La gente de la zona, que ha visto cómo el avance inmobiliario se ha ido apoderando del lugar, comenta que los dueños son principalmente gente que no vive en la zona y que tiene estas residencias como casas de veraneo o que las visita uno que otro fin de semana.  

Como ya había pasado un buen rato, estaba lista para buscar buen lugar donde comer. Había escuchado sobre todos los platos del mar que eran aparentemente el fuerte de la ciudad y estaba muy tentada de comer Machas a la Parmesana específicamente, una especie de almejas horneadas con queso parmesano. Encontré un pequeño restaurante que ofrecía precisamente lo que estaba buscando, y donde comí como reina: La Casa de César.

Día 2

Comencé mi día con unas rápidas visitas al Club de Yates, el Club de Golf y el Club de Tenis. Los tres están abiertos todo el año, pero en verano, al igual que todo el resto de Papudo, se vuelven bastante populares, con el alto flujo de turistas que llega a la zona.

Cerca del mediodía almorcé un menú tradicional de reineta (pez blanco) con arroz y ensalada, y luego caminé un poco por el Paseo Peatonal Camino El Conquistador.

Este paseo se inauguró en febrero de 1986, y conduce hacia la Cueva de los Murciélagos, la Cueva del Pirata Drake (donde se dice que Sir Francis Drake descansó por 5 días en 1578), y la Playa de Los Changos. La caminata es bastante agradable, pero puede ser algo fresco dependiendo de la estación y la hora, es mejor llevar un sweater o chaqueta, por si acaso.

En el camino de vuelta a Santiago un desvío rápido hacia La Ligua habría sido ideal, pero me conformé con pasar a por un café y comprar dulces de la ligua en el camino (dulces tradicionales de la zona, con merengue y manjar). Delicioso.

Viajé en automóvil, pero es bastante sencillo llegar en bus también, desde Santiago. Lo viajes demoran cerca de 2 horas y media y salen regularmente desde El Terminal de Buses en Santiago, a un costo de nó más de $14.000.

¿Conoces Papudo o alguna otra playa de la costa chilena que nos recomiendes? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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